3 buenas prácticas poco conocidas para conservar tu embarcación de aluminio
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3 buenas prácticas poco conocidas para conservar tu embarcación de aluminio

Nov 11, 2023

El aluminio es un material robusto, pero merece la atención del navegante que quiere navegar lejos. Más allá de los clásicos ánodos, aquí tienes algunos consejos para cuidar tu embarcación y garantizarle muchas más millas.

En un velero envejecido, los fondos cerca de las fuentes de agua, así como los puntos bajos y los tanques que contienen agua estancada, sufren los efectos de la corrosión por grietas. La principal causa de esta degradación es el cloro contenido en el agua del grifo que se utiliza para repostar en el pantalán.

Para solucionar este problema, es importante filtrar el agua entrante con filtros GAC y CTO. En los tanques de agua estructurales, también es imperativo instalar ánodos de magnesio, que deben monitorearse periódicamente. Por último, cabe señalar que la corrosión por grietas no solo afecta al aluminio, sino también al acero y al acero inoxidable.

El aluminio se degrada con el tiempo cuando se expone a la escorrentía y al aire húmedo. No es una buena práctica cerrar parcialmente los fondos por comodidad o por motivos de aislamiento. No es necesario aislar directamente los fondos, sino los suelos, que deben ser desmontables. Cada 2 o 3 años, en verano, quitar los suelos y vaciar los depósitos para limpiarlos y ventilarlos.

Finalmente, recubrirlo todo con una pintura, aunque sea de muy buena calidad, protegerá el aluminio durante los primeros años, pero esta capa acabará inevitablemente degradándose. Esto creará un acceso localizado a la aleación, que será particularmente vulnerable a todo tipo de corrosión. Para evitar este problema, es posible utilizar pinturas anódicas y repintar regularmente.

Sin embargo, la buena alternativa a este costoso tratamiento es dejar el aluminio desnudo y monitorearlo. Como opción, las grasas, ya sea aceite de motor, gasóleo o grasas sin aditivos ferrosos, protegen bastante bien el aluminio.

Los cabrestantes, protectores, cadenas y otros materiales ferrosos, como el acero inoxidable, el acero y el aluminio, incluidos los tornillos, suelen estar en contacto directo con el aluminio estructural. Esto crea montones que promueven la degradación del aluminio, que luego se protegerá naturalmente produciendo alúmina.

Para limitar los efectos de esta corrosión, existen productos tipo "Tef-Gel" para las partes en contacto. Pero es especialmente importante proteger estas zonas del aire ambiente, especialmente del aire salino del exterior, y de la humedad, con una grasa o una pintura localizada, como una imprimación epoxi bicomponente de calidad.

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